De-Género
Por cuerpos ficticios
y Fa Gallegos
No, desde el primer momento supe que esta sería una función que abordaría la violencia de género. Tuve tiempo para pensar si iría. Me detuve a contemplar la promocional del Instagram. Leí los pies de la foto y las preguntas que generaban con su propuesta me hizo comprar el boleto para la función.
Entre las cuestiones con las que me planté en el teatro, fueron las que en los pies de la foto había. Dado que no soy actriz, y atino a saber algún poema de memoria, repetía lo que había encontrado en ellas, sin que estas fueran cita textual.
Una historia de gente de que vive en nosotros. Gente que es ignorada por nosotros, que camina junto a nosotros. ¿Hasta qué punto la violencia de genero daña nuestras vidas? ¿Hasta qué punto la violencia rompe nuestras mentes? ¿Hasta donde el arte quiebra el silencio?
Escenario
Comenzó la función con la presentación de tres mujeres. Todas en algún momento hemos sido ellas: arreglarse las uñas, maquillarse, mirarse en el espejo. La aspiración es querernos para que el galán pueda ¿ponernos una bolsa en la cabeza? La ausencia de diálogos en la apuesta es parte de las luces, de los movimientos rigurosos, fuertes, movimientos con los que se contaba la historia eran en resumen narraciones corporales.
Menciono las luces, porque su paleta de colores además de oscura era tridimensional. El teatro no es el cine, los gusanos monstruosos de Dune no pueden devorarnos… no parece que la mano se acerca, no parece que las burbujas van a tocar a uno en la butaca.
Las actuaciones fueron seis individuos explorando sus movimientos. No había una interpretación sin la presencia de un movimiento que lo transfigurara, del punto cero al punto 3 la evolución implica un deslizamiento obligado, no hay atajos para la violencia pero hay muerte y organización.
Como si la historia tuviera actos, se proyectaron fragmentos televisivos de reportajes, en los que el perpetrador no era el único monstruo. Como si esta puesta teatral performática estuviera contando una historia específica de amor romántico que se divide en actos, estaba el recordatorio compulso de la violencia en los noticieros.
Conclusión
Una estrella por más puestas en escena que inviten al diálogo y al convivio al finalizar la función. Después de todo aunque estuve muy ocupada intentando matar al huesos de Link’s awakening, pude sentir la presencia de nuestro genero desde la entrada. Las mujeres platicaban, se reían con sus amigos, con sus amigas, con sus parejas, o sólo hacían sus cosas en el teléfono esperando la tercera llamada.
Al salir de la función, todas esas mismas mujeres continuaron platicando en la parte de la terraza, esperaban tal vez saludar a los actores o sólo continuar así, bajo esa alerta que invita a buscar nuevos caminos.
Y es que no se trataba de silencio lo que presenciamos, es clara la búsqueda por las palabras, y el valor para que una vez ahí, no se queden en la garganta.
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