El Camino rojo de Dolores
La Talacha Teatro
De Austin Morgan
Fui a ver esta función porque leí sobre una de las actrices. En aquella nota decían que había escogido Xalapa por la posibilidad de hacer vínculos dentro de su medio. Justo como su personaje: Lola, una nieta perdida de Oscar Liera. O como Rosario Castellanos siendo ella en el lugar donde quiso.
La ficción es parte de las historias. No hay que olvidar que la conexión entre la historia y uno, es un puente con el ser en acción de la realidad. Ya existe el slogan ‘‘si lo puedes soñar, lo puedes lograr’’. Así como las moralejas y las mudas enseñanzas del cine infantil, ‘‘El camino de Dolores’’ nos enfoca una vez más en los afectos: la importancia de los cómplices de aventura sin importar la raza, género o religión.
HISTORIA
La locura, la pasión, el juego, la amistad, son los ‘‘todavía’’ de la puesta en escena; visto de forma objetiva no es un relato contado de manera lineal, ni siquiera son piezas del rompecabezas del recuerdo, son a bien de una estrella, la elaboración liminal de tres personajes que tienen la suerte de estar en la mismo contexto histórico. Así mero, el núcleo de la historia fue la abyección del poder, que al final marca los destinos entretejidos de Lola, Jesusa y la chiquis.
Personajes que se caen en diferencias que bien podemos ver en sus soliloquios, cuando no las presenciamos encarnando momentos. Tengo que agregar que las diferencias de las que hablo no son de personalidad si no de hechos ipso facto. Lola recorre los pasillos de una casa donde los afectos languidecieron, Chuy mira los tapices de la locura y la chiquis juguetea con las palabras mientras espera volver a ver a su Ama.
DIÁLOGO
En su marco se revela la historia. Más allá del discurso o la narración, que en algún momento temí al ver la presteza de la chiquis.
Luego tenemos los puntos álgidos: las palabras en poesía. La necesidad de volverlas a lo metafísico, porque hay un sitio en las palabras que como ellas está fuera de lo pragmático, lo regido por ese diablo del poder, “refugiándose en la manada, donde nadie pudo verlo“* engatusando a las mejores mentes que luego escriben que la palabra no puede ser gratuita, volviéndonos así al peligro de las ambiciones, los panfletos gregarios, y las mentiras de los políticos y sus mítines.
Sus líneas fueron más allá de la belleza barroca de la interlocución; lo que podría ser interpretado como la falla, Lovecraft lo admiraría hasta que todo hubiera explotado aunque eso significara quedar completamente solo, porque sólo ahí, en el momento previo a la destrucción la belleza se manifiesta, o en el caso de “El Camino rojo de Dolores”, el momento en el que también se acaba todo, esa falla, esa grieta, esa rendija es cubierta por el caos…
ESCENARIO
El trabajo que hicieron para ambientarnos en aquella casona, no es para menos. Sin embargo, la destreza de su espacio no logró adherirse a su sonoridad. Siento qué hubo una abismo infernal dentro de la atmósfera. Y esto puede ser a mi afición a Pizarnik y Baudelaire, o a la cita que no logro quitar de mi cabeza, que pide suplicante que no callen, porque de hacerlo el silencio puede ahorcarle.
La atmósfera de la que hablo no es la de la historia. Es más bien del hecho de musicalizar en vivo. Una cosa es que la puesta en escena se desarrolle con secuencias sonoras sintéticas, como el sonido del mar o el canto de los pájaros, reguetón para el adolescente solo en su cuarto, etc; y otra que la sonoricen en vivo. Hay que arriesgarse, claro, pero mínimo un amplificador que estuvieron como muy ahogados.
EXPERIENCIA
Tengo la impresión que esta puesta en escena podría contarse de diferente forma, y seguiría siendo “el camino rojo de Dolores“ Me gusta que su núcleo no esté condicionado por las formas convencionales, que se visibilice que somos lo qué se proyecta de nosotras con el convivio y la mirada del otro, sin quien no existiríamos, o no sabríamos volver de los abismos cotidianos del miedo, la tristeza y el abandono.
Y qué hay miradas que nos describen, nos elevan y nos dignifican, porque la palabra solo puede darse entre iguales. Es complejo esto último, si abandonamos la careta individual y tomamos nuestro lugar en el colectivo. Es el teatro hablándonos desde la voz de un pueblo al que pertenecemos, aunque estemos adormilados. Entonces ya no sé si se trata de una charla legítima o si estamos incapacitados para comprendernos.
Aunque no vayan a ver esta obra esperando una función violenta o cruda. Más bien es una puesta que idealiza y dignifica las existencias, para que nos preguntemos por qué ardemos, y si nos damos cuenta.
N/A: La cita de la que hablo ahí arriba podría ser esta: "¡Hablen, sigan hablando, no se callen, por lo que más quieran en el mundo, que el silencio me da miedo, tengo miedo, see figura que una mano alargada en la sombra va a coger os del cuello para estrangularnos". Si no fuera tan necesario editar la entrada para poner una coma (,) después de un "Aunque" Pondría otro par de asteriscos, porque la cita también puede venir de los poetas mencionados.
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