OPINANDA 19 letras y 66 personas

 



Un Parlamento para empezar consta de 10 letras. El nuestro, al que fui seleccionada como 1 de 66, tiene 19; representamos al pride LGBTTTIQA. Además de ser palabra política que debería ser espacio físico (lo tiene) y punto de convergencias (que a menos, pero más que nada por razones de interés sincero en la pertenencia), también es un ejercicio novedoso dentro de los poderes. 

Estoy como quien dice, dentro del agua hasta las pantorrillas. Viendo que la niña llora y pellizcándola. Conociendo que la filiación no habla del acuerdo y que este es como un tesoro al que debemos dirigirnos. Lo curioso es que una pensaría que la política queer no existe y así es, no la hay. Pienso en una compa de mis tierras que con su feminismo más de una vez me ha invitado a escribir como valedora y minoría. En el campo de lo que lastima no me he considerado lista para proyectar la voz, porque soy menospreciada por mi aspecto, por mi manera de ganarme la vida y por mi bisexualidad. Sin embargo, ahora estoy en un espacio hecho para formular las violencias, denunciarlas y buscar la reparación del daño; no tengo idea de como hacerlo, pero estar con otras 65 personas con las que no comparto más que el orgullo y la disidencia, va redireccionando mis pensamientos. Para empezar POLÍTICA tiene 8 letras. Su declinación sin ser exacta es del griego: polis: pueblo, aká ciudad, ciudad-estado, como Halachó, Hunucmá, Tizimín o Ciudad Caucel, polis, política para Aristóteles era el ser-estar social, porque somos entes sociales, porque vivimos en sociedad, porque el cambio y la responsabilidad está en la sociedad no en el criminalizado. 

El activismo es una tarea ardua en esta ciudad, y una parte importante está presente en este ejercicio. Estas personas están muy comprometidas con sus causas y sus ideales, tanto que caen dentro del sistema y la misma forma de hacer las cosas. La misma democracia como sistema de gobierno me parece que insuficiente y digno de una estrella; que falta un refuerzo extra para que tenga un valor real. Nuestro sistema económico, es para empezar un enemigo jurado si pensamos en una política queer. 

Y no quiero terminar esta opinión dejándo al aire esto: “Ramón, si no hubiese fuerza de gravedad, nos tiraríamos a las estrellas”. El mundo es más que el trabajo, son nuestros vínculos, y agradezco que estos me hayan llevado a formar parte de este Parlamento LGBTTTIQA, queramos o no la realidad es una sucesión de otras y como dijo la doctora Magaloni “más allá de los errores y aciertos, pienso que es momento de que nos demos cuenta de que este orden social tan vertical, jerárquico y excluyente no es sostenible, y esa discusión pública me entusiasma.”

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