Fui al teatro el sábado 25 de Febrero, hace dos días a ver MUÑEQUITA unipersonal que a mí me pareció un encanto visual, no tanto sonoro, aunque tuvo sus guiños; más bien el diálogo con el que Gina representaba la historia de MUÑEQUITA es por su actuación una estrella. Así sin empezar. Esta obra es dirigida por Alex Benavides y se van como colectivo Ancestres de gira por Granada España.
HISTORIA
MUÑEQUITA trata de la vida de una mujer que busca venganza. En su guerra contra los hombres también las mujeres salen a pelear contra ella. Es ella contra todos, una niña que odia a las mamás, que se reconoce en su única amiga cuando ella llora al ser fastidiada por muñequita y que sin embargo es la única que la abraza con cariño en toda la historia. Se vuelve una mujer traicionera porque ella misma se siente abandonada por el resto. La niña que empieza a contar la historia es la misma que la termina y hace que más de una se sienta identificada (lo que es la parte más triste de la historia porque #lasniñasnosetocan).
PERSONAJES Y ESCENOGRAFÍA
MUÑEQUITA es interpretado por Gina Martínez, así como los flashes de la psiquiatra, lxs amantes y la madre religiosa. La soltura en la función se debe a su dinamismo, desde el inicio una coreografía que sensualisa a la protagonista sigue por las tablas del escenario como si fuera el propio aroma de la muñequita, el cual no siempre fue agradable por la cantidad sexual de sus anécdotas y porque escénimanete se pensó también en este detalle.
De hecho mucho de lo que brindó a la actriz su intensa capacidad de ser versátil la traduzco del escenario. Un baúl y una silla donde dejar la muñeca jamás me fueron tan suficientes. Y sí se trata sólo de las cosas, de estas 2 cosas, porque eran como los accesorios de las muñecas que se venden por separado, o sea de verdad ese cofre y esa silla hacían más cool a la muñequita. La trampa estaba en su inestabilidad: abrir, cerrar, sacar, meter, tirar, revolver y recoger, además que como accesorios también estaban debidamente decorados para su muñequita. Aquí voy a dejar la otra estrella, porque ellas estaban buscando llegar a una explosión y neta soltaron la bomba.
CONCLUSIÓN
Obra de teatro que te atrapa desde el inicio. Sus elemento visuales, la fuerza de la actriz, la atmósfera de incomodidad, sin abandonar jamás las escenas de fotografía hermosa. Limpio como todo lo compulsivo.
Cuidado a detalle. Este montaje sin ser explícito ni grotesco deja bastante claro el abuso no sólo de índole sexual, sino el que la sociedad no deja de imponernos al señalarnos como las peores, cuando a fin de cuentas es esa misma sociedad la que nos a hecho MUÑEQUITA. La golfa, la punta, la peor amiga, la maniaca, la compulsiva… Fui a esta función con una amiga que me dijo que lloraba con facilidad, yo quise aparentar y no le dije que yo también, pero al final ni por un segundo se me cruzó el llanto ni se me anudó la garganta, estuve más bien encantada con la MUÑEQUITA y su exploración libertina, por momentos me daba rabia que la trataran mal y que ella lo disfrutara, y sólo eso, un caluroso enojo ante el abuso y su perpetrador, a lo mejor yo ya justificaba a la MUÑEQUITA inconscientemente, pero al ver el final que entristece entiendo que si en esta función se llora y se puede es de puritito coraje.
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