Antonieta…¿o el suicidio?
Dirección Nelson Cepeda
Actuación Alex Benavides
Colectivo Borba Teatro
La biblioteca José Martí fue la sede de la presentación. Una propuesta íntima donde al público nos pusieron en corro para poder apreciar y al mismo tiempo demarcar el espacio por donde la actriz llevaría acabo el monólogo. Para ser estas dimensiones pequeñas en realidad contaba con utilería escenográfica de lo que siempre ando quejándome.
HISTORIA
La vida de una mujer pionera del teatro independiente, desde una niñez que nos platica breve pero connotando la importancia y la forma que su propio pensamiento de Antonieta fue marcado. Su historia se entreteje con la de la actriz en una especie de autoficción catártica que a forma de rebeldía habla de la vida y los retos de la vida actual de las mujeres y un peligro que parece ficción. La historia entonces fue un camino hasta maravilloso del suicidio de Antonieta “son ecos de un futuro”, dice casi al principio y yo pensaba que acabábamos de presenciar el final de la función, que ya podía aplaudir toda la puesta escénica.
INTERPRETACIÓN
La actriz invitada fue de Alexandra Benavides, bajo su corporalidad vimos aparecer la galantería, el corazón roto y la fuerza de Antonieta hasta el punto límite. Su cercanía al público me permitió imaginarla sobre un escenario, sus movimientos una apropiación y seguridad corpórea que la hacen tan exquisita como ciertas actrices por las que ya tengo un favor marcado, no le temió a la intimidad que desnudó la falta de iluminación apropiada (las luces a ojo pelado) y lo que a mi gusto fue una exageración para las entradas de Antonieta,
ese desdoble que representaba la posesión del espíritu a un cuerpo que no es el suyo, se vieron sostenidas por el ritmo con el que el personaje contaba su vida y muerte. Una gran estrella para Alexandra, que pudo sostener la energía con agallas aún con la grosería de las luces.
CONCLUSIÓN
Las fotos de la introducción son del trabajo de un grupo de 4to semestre de diseño que colaboró con Borba Teatro, el reto era acercar la conciencia empática al que se encontrara el cartel. N. Cepeda lo nombra de otra forma, creo que menciona algo más bien como resistir, pueden leer aquí su proyecto. En realidad aplaudo el acercamiento a los jóvenes universitarios que estarán en el mercado gráfico mañana (que ya están ahí) porque siento que a veces a las instituciones se les olvida o se les insta a no exaltar los ánimos rojos, la rabia y el enojo; y entonces pasamos de un arte gráfico a un objeto comercial sin otro objetivo más que de consumo capitalista. Aquí voy a dejar otra estrella.
Regresando a la función, es un monólogo que ya se ha trabajado con otra actriz y que demuestra que el juego en realidad nunca se cuarta cuando tenemos presente que el arte es ese desdoble quizá muy incómodo en el qué transita la vida y que se puede representar en una pantalla, en un teatro, en un parque o en la biblioteca.
De todas maneras la dramaturgia me quedó corta y muy suelta, por lo menos Alex Benavides mostró su capacidad para actuar un guión más completo, lo siento como un temor a los guiños y sutilezas como si una chal no fuera adecuado o suficiente para ver a Antonieta, o como si no pudieran suponer más en voz alta que la violencia feminicida no tiene razón.
Larga vida a Antonieta… o el suicidio.
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