Edipo. Apuntes de una ceguera
Marfil Teatro
Dramaturgia: David Hurtado
Actuaciones: Angy Canto e Itzel Riqué
Usted ve las redes sociales y se entera de cada cosa. Por ejemplo de que esta puesta en escena se creó a partir de Sófocles y Séneca. Entonces una desea que este tipo de encuentros sea como Star Wars “Hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana…” a lo mejor por eso tenía la ligera impresión de que vería una función entre futurismo clásico y tragedia griega. No fue así. nos metieron a un armario tipo de los que se exhiben en la colección del Franz Mayer, que tienen facha de que pasan mil cosas dentro; pues sí pasaron bastantes cosas.
HISTORIA
Dejando de lado el a partir que me parece sin sentido ya que no dieron mayor información, Edipo es una obra que la mayoría conoce por haber padecido el trastorno o haber sido la madre del nené, o en su caso tener un gusto didáctico por la Grecia antigua y sus historias. Si no tienen hijos y fueron muy saludables qué da gusto, y no conocieron a primo, pariente o amiga de un amigo, pues sabemos que Edipo fue el primer incestuoso de la historia y no pudo evitarlo aunque lo intentó y todo esto por los hilos del destino que se enmarañaron hasta que la claridad era innecesaria y dolorosa.
ACTUACIÓN Y PERSONAJES
Edipo fue Angy Canto y esto es muy notorio desde el principio, cuando abre la función con un soliloquio que tuvo un ritmo increíble pero se alargó tanto, que el intento por capturarnos aún acercándonos a Edipo Rey a proscenio sólo lo hizo más difícil cuando lo estacionó para seguir lamentando el infortunio de todas sus posesiones. El completo de este personaje es aquí, hay que ver a la actriz ese momento preciso aunque la obra avance, aunque se interponga la espalda de Creonte, incluso durante el despliegue fenomenal de un combate en el que ya se había muerto quien debiera perder. Justo me clavo en Edipo porque en su ejecución está todo el transfundo del sistema creativo que dio vida a todos los demás personajes y que tienen como espejo la interpretación de A. Canto ya que Edipo, en mi opinión fue escrito por D.Huerta, para ser el punto de encuentro de las interpretaciones totales. Y esto merece una estrellita.
La Reina, el vidente, Layo, Creonte, el pastor, y algunos otros fueron ejecutados por Itzel Riqué. Femenina como Yocasta, horrible como vidente, altivo como Creonte, humilde frente a su rebaño, me voló la cabeza de un personaje a otro. Una actuación rigurosa que me hizo pensar lo fácil que pudo tenerla la dirección ante la perfección del ritmo, la proyección de la interpretación y lo guapísima de esta actriz. Quizá todo lo que englobaba este conjunto de otras interpretaciones era esa virilidad que le da sentido al mito del hijo incestuoso y por esto el valor de una actuación que terminara de poner el acento en el Edipo Rey.
El trabajo de estas actrices sólo hace pensar en un gran conjunto que se ha preparado harto para hacer el mejor desempeño. También invita a pensar en éste manga tan popular por su anime actualmente Kimetsu No Yaiba, donde se muestra que la victoria frente a nefastos demonios a veces no llega si sólo depende de uno. Nuestro trabajo como caza demonios rendirá frutos si aprendemos a confiar en Tanjiro y Netzuko.
A este trabajo entre dirección, interpretación y dramaturgia también le pongo una estrellita.
ESCENOGRAFÍA
El armario gigante lo era porque literal estaban todas las prendas de ropas acomodadas con la mayor intención de que fuera un ropero donde pudiera desarrollarse la historia. Opino que si yo al leer el título y sus apartires pude imaginar que encontraría una puesta en escena futurista clásica en medio de una tragedia, quién quiera que haya pensado en la escenografía me presentó lo indicado para yo seguir pensando que en medio de una tragedia estaba esta puesta en escena futurista clásica.
CONCLUSIÓN
El drama estuvo tan disfrazado que incluso la muerte de Layo nos hiere más que la de su mamá de Edipo Rey. La tragedia se esperaba desde el vestíbulo y no había más sorpresa que la manera en la que se estructuró la historia para dejarnos a simple vista sin pies ni cabeza. Esta inmediatez descarada, este entrar y salir de personaje, la necesidad de obligarnos como espectadores a ponernos y quitarnos de manera fast and furios para no herir nuestro intelecto y al mismo tiempo ejercitarlo con la sencilla pregunta “¿qué acaba de pasar?” Y tras de esto encontrar que el único dolor que se tenía que notar, el único dolor que tenemos permitido llevarnos, de esta función obvio no de las obras de Sófocles ni de Seneca, es el dolor del Edipo Rey.
Vayan a Teatro la Rendija este Fin de Semana a las 20h.
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