Profunda piel
Archivos de la memoria inútil
Performance de Raquel Araujo, Oscar Urrutia y Addy Araujo.
La vida vivida en algún momento son los glóbulos rojos de nuestro cuerpo. En la calle van caminando un montón de personas y ellas son los glóbulos rojos de este cuerpo planeta. La memoria es la calle de la vida y las personas que son muchas y van de aquí para allá el recuerdo y otro y otro.
A lo mejor por eso la rendija se llenó de esto que llamó en sus redes sociales “llantas de aire” y que literal fueron 4 (si aún sé contar) glóbulos que contenían fragmentos de la vida y que fueron nombrados y etiquetados para su adecuada observación. Por cada uno daría una estrella si el límite de este blog lo permitiera.
Historia
Esta performance nos cuenta la vida que se entreteje entre dos mujeres que enredan sus lazos sin querer por las circunstancias de la vida, que aunque las liga en parentesco se encarga de entramar en diferentes formas su relación bajo cada descubrimiento.
Representación
La sede a del teatro la rendija es una casa antigua de mi ciudad natal. Una casona. El vestíbulo puede ser tan grande como se le ocurra a la representación, pero a cada puerta se abre una habitación que alarga la escena o continúa la historia. Esta ocasión cada cuarto contenía tesoros y de manera estratégica éstas “llantas de aire” enmarcaban momentos de la vida que se nos contó a través de una de ellas, que era la principal y que contenía como parte de la memoria escénica a las dos performers: Raquel y Addy.
Parte del juego de la representación fue interesarnos por la vida que comenzó en los 60, un más allá que es una sola performance. Pensar en la vida propia y como se conecta con la de otros de manera tan íntima que transforma la percepción de nuestras vivencias, eso fue un aspecto de la performance, pero al mismo tiempo como aquella percepción no es sólo una perspectiva sino la propia vivencia.
Escenografía y acompañamiento sonoro
Hubo un tercer performer, pero parecía una mosquita. No me sé su nombre, pero fue el intérprete que no sólo cantó dos de las tres piezas que amenizaron el ambiente y sin las que nada hubiera tenido sentido, pues él, estaba fuera de las llantas llenas de aire, pero obedecía a las voces que desde dentro le solicitaban.
El trabajo de Óscar Urrutia fue una locura. Dejemos de lado la belleza que en realidad eran los tesoros, el hecho de idear una metáfora de lo que usted quiera, adentro de burbujas, llantas, glóbulos sanguíneos, o pensamientos materializados, es de una creatividad absurda, tal vez no tenga razón pero no estoy equivocada.
Conclusión
Esta performance estuvo llena de cuidado y respeto. En estos tiempos donde la crueldad y la autosuficiencia se venden como tesoros sagrados, el hecho de encontrar en esta representación una ternura genuina es casi como detonar la violencia y sin embargo, a mí parecer de una escasez obvia. No puedo dejarles cuatro estrellas porque aquí solo tenemos tres. Gran trabajo.
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